miércoles, 16 de abril de 2008

Unificación Italiana (1859-1871)


La unificación italiana o Risorgimento, fue un proceso que supuso el surgimiento, en 1861, de un reino de Italia unificado. En el Congreso de Viena de 1815, posterior a las Guerras Napoleónicas, Italia quedó totalmente dividida, sin ningún tipo de institución unificadora.
Existían tres obstáculos para la unidad. El primero era la ocupación del reino de Lombardía y Venecia, bajo soberanía austriaca, en el norte y noreste de la península Itálica. El segundo eran los Estados Pontificios, bajo la soberanía del papa, situados en el centro de la península. El tercer obstáculo lo constituían un grupo de estados independientes. En el noroeste se encontraba el reino de Piamonte-Cerdeña, que se había ido extendiendo lentamente desde la edad media. Un segundo reino, el de las Dos Sicilias, ocupaba la mitad sur de la península. Tres ducados más pequeños, Toscana, Parma y Módena, eran gobernados por miembros de la dinastía Habsburgo austriaca. Todos estos estados eran absolutistas.

Los italianos empezaron a comprender que no podrían llegar a la unificación política de Italia sin librarse primero de la dominación austriaca, y que esta liberación sería imposible sin la ayuda de alguna potencia extranjera.

Unificación e independencia quedaron desde entonces como conceptos estrechamente relacionados.

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